
Desde Aranda, saliendo por la
C-619 llegaremos a
La Horra, un pequeño municipio que acoge el recién inaugurado
Parque de la Lana. Un
espacio dedicado al mundo de la ganadería ovina que pretende ser un espacio de formación y difusión de este tipo de ganadería de la que la
oveja churra es su principal referente.
Desde La Horra pasaremos a
Roa, el
segundo municipio en habitantes de la comarca. Roa tiene en sus anales una rica historia. Las excavaciones denotan un
asentamiento pre-romano al que siguen
restos romanos y medievales. Son escasos los vestigios de Roa como ciudad amurallada. Tampoco existen
restos de su antiguo castillo. El siglo XIX fue especialmente perjudicial para los monumentos artísticos de la villa.
Los
incendios, saqueos, la guerra contra los franceses y las luchas entre los bandos carlistas y cristinos han hecho desaparecer buena parte de su legado monumental. De aquella época queda el recuerdo del
"Empecinado" ajusticiado en 1825 y hoy recordado en un monumento. Las visitas al
Centro Arqueológico (Oficina de Turismo) y a la Colegiata completarán la estancia del visitante en Roa que no deberá de olvidarse de completar su estancia en Roa sin una visita al majestuoso
mirador del Espolón.
De regreso, el camino se puede hacer por
Haza, municipio encumbrado en un pequeño páramo en el que asoman sus
semi-derruidos lienzos. Haza fue uno de los
primeros enclaves fortificados de la reconquista, cabeza de Comunidad de Villa y Tierra, arciprestazgo y localidad de origen de
Santa Juana de Haza, madre de
Santo Domingo de Guzmán. El caserío de Haza se encuentra muy deteriorado pero se vislumbra aún su indudable belleza, especialmente junto a su primitiva iglesia. La mejor vista de Haza es la que se observa desde las frondosas riberas del
río Riaza, pasando por
Fuentecén y Adrada de Haza.